El maestro ascendido Lanello habló de Santa Claus y del Espíritu de la Navidad el 24 de diciembre de 1982, publicado en las Perlas de Sabiduría® Vol. 25 No. 68 y en Los Maestros y Sus Retiros, por Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet.

Lo siguiente es un extracto de un dictado de un maestro ascendido.


Santa Claus - Espíritu de la NavidadEl Espíritu de la Navidad es un ser de gran Luz y logro Búdico.

Vengo a anunciaros, entonces, esta Presencia del Todopoderoso indivisible en la individualidad de la llama de Dios.

El que es conocido como el Espíritu de la Navidad ha venido, por tanto, a anunciar el nacimiento de Jesucristo en medio de la hora más oscura del año.

La anunciación de la aparición de su estrella en el solsticio de invierno es el gran drama del cosmos; y está aquí para enseñarnos que en la hora más oscura de ansiedad en el hombre, aparece la estrella de la esperanza y del nacimiento del Salvador.

Yo entro en el Espíritu de la Navidad para que podáis comprender que es totalmente posible para más de un hijo de Dios tener parte en un cargo santo, ocupar el designio Divino, que ocupe conjuntamente, la intención divina sobre la ramita doblada en el mismo punto, el punto focal del cristal de cuarzo que rodea al mundo de un propósito ardiente.

Queridos corazones, vengo, por tanto, como el Espíritu de la Navidad, como anticiparíais la venida del que se conoce como Santa Claus.

Recordad el corazón de un niño —vuestro niño, tú mismo— pensando acerca de la venida de Santa y cómo entraría en la casa, y de cómo le dejaríais galletas y leche y quizá también un ramo de hierba para los renos.

Recordad cómo, en la más firme creencia, puesto que vuestros padres os lo habían explicado, entrabais en ese Espíritu de Santa. Y recordad también la decepción cuando supisteis que Santa no era real.

¡Pero esto no es verdad! Santa es real. Y yo estoy aquí para deciros que el mismo Santa Claus es el cáliz típico del Espíritu de la Navidad, el que encarna esta misma Presencia en la que yo he entrado.

Es erróneo decirle a los niños que Santa no es real. Es correcto explicarles que el Espíritu de la Navidad es realmente una persona —una persona que se ha hecho real en Dios, una persona que es un ser cósmico, que llena los corazones de la gente con la anticipación del regalo más grande de todos, el regalo de la Cristeidad personal.

Aquellas cosas que encantan a los niños —juegos y juguetes, objetos y aros en sus stockings (calcetines navideños) —amados corazones, originalmente los regalos dados al niño de cada corazón, estaban destinados a aumentar la percepción y comprensión de esta persona del Cristo.

Cuando pensáis en los regalos que se hacen en estos días, os dais cuenta que algunos regalos asisten al individuo en un mayor sentido de la identidad, mientras que otros adornan la persona exterior y tienden a crear más maya de idolatría. Y así, al dar importancia y atención al ser exterior, el individuo pierde la gran oportunidad de esta hora de entrar verdaderamente en el corazón del Ser cósmico conocido como el Espíritu de la Navidad.

Por lo tanto amados, comprended que este Espíritu encarna la conciencia colectiva de la Cristeidad de todo el Espíritu de la Gran Hermandad Blanca, de todos los seres ascendidos, ángeles y maestros, huestes cósmicas del Señor que son este Cristo.

Comprendamos, entonces, que en todos los símbolos hay una realidad, en los arquetipos existe el patrón original de la imagen hecha perfecta desde el Cristo; y que Santa Claus mismo es la esperanza de todos, que la figura del Cristo Cósmico traerá la verdadera alegría, la alegría del corazón lleno de amor […].

Entrad ahora en el Espíritu de la Navidad y personificadlo. Sed las bendiciones de cada día del año. Bendiciones plenas y con regocijo.

Sed el Espíritu de la Navidad y ved cuánto desea el Espíritu de la Navidad ser vosotros.

Comprended entonces, que en todos estos años esperando la venida de Santa, Santa ha deseado venir a vosotros, ha deseado ser uno con vosotros, ha reverenciado la luz del Cristo en vuestro corazón, se ha sentido como un gnomo servidor — el jefe de los gnomos — en la adoración del Niño recién nacido.

Santa, entonces, viene como un servidor de la Luz y como un chela del Cristo que es el Hombre Niño.

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