Este extracto es de un dictado del Señor Maitreya dado en junio de 1972 y publicado en 1984 en Perlas de Sabiduría, vol. 27, no. 42.

Madre Maria y Jesucristo

La Verdad, el Cristo de vuestro ser, es la Luz, y ¡La Luz está sobre y más allá de todas las palabras! Es una cualidad vibratoria que podéis tener en el cáliz de vuestro ser y entonces así reconocer las pasiones de Dios.

De esta forma, os tomo y os llevo esta noche, en el nombre del Señor Dios de las huestes, en este espíritu de gran reverencia por Su ser. Venid conmigo un momento a la Luz y considerad que ya no estáis encarnados en la forma. Espíritus libres, inmortales y benditos, permanecéis, entonces, contemplando a través del ojo de Dios todos los sufrimientos del mundo. Luego deteneos a comprender que el verdadero significado detrás de la expresión monádica de vosotros mismos, de cada uno, es la estrella de vuestra propia manifestación de la Luz universal, eternamente amada.

La estrella de vuestro Ser

La estrella de vuestro ser, la estrella de la natividad de vuestro ser, es la estrella de iniciación que os abre un nuevo mundo lleno de esperanza y el drama que se despliega cuando el telón del universo se abre de par en par y os revela esas alas blancas de esperanza que os llevarán a lo alto y en el camino os liberarán con un poder sin precedentes, para superar todas las cosas y ¡Permanecer en el templo del Dios viviente como alguien que se encuentra dedicado a Sus propósitos en la Tierra!

“Como es arriba así abajo”. El axioma Hermético ha sido bien establecido no solo en la civilización egipcia, sino a través de todas aquellas civilizaciones que se manifestaron en la Media Luna Fértil y luego fue llevado a través de la Tierra para el mandato Crístico: ¡Id por todo el mundo y predicad el evangelio a cada criatura! Todas las criaturas grandes y pequeñas, fueron capaces de invocar estos conceptos de esperanza divina y deleite que son el bien supremo de cada ser humano que evocará para él una nueva vida y una esperanza renovada.

Entonces, esta noche ¿Querríais, no mediante la voluntad humana, (no por la voluntad establecida por el hombre), sino por la voluntad Divina como parte y una parcela de vuestras experiencias iniciáticas, estableceros en la voluntad de Dios y el amor de Dios para ser un vencedor y un pilar en el templo de Dios?

¿Os dais cuenta de la maravillosa manifestación de la luz de la natividad de la estrella de Belén que aún brilla dos mil años, después? Entonces ¿no os colocaréis vosotros mismos como ese niño sobre el pesebre del corazón de Dios e invocaréis la voluntad de Dios para que brille dentro de dos mil años en el futuro? ¿Consideraréis vuestra vida como una verdad sagrada de capacidad infinita, alegría infinita y acción infinita? ¡YO SOY la voluntad de Dios en acción, aquí!

¿Veréis lo que el poder y la pasión del amor universal arraigados a la voluntad divina pueden producir en un sentido milagroso en el interior de vuestras mentes, dentro de vuestros seres , en el interior de vuestros cuerpos , dentro de vuestra vida y en los rincones de las vidas de toda la humanidad¨?

¿Comprenderéis que existe esperanza para el mundo, que el mundo puede ser cambiado, que la oscuridad puede ser extinguida, que la oscuridad puede ser incinerada, que la emisión de la Palabra, la Palabra viviente, que incluso a la Tierra misma puede causarle un temblor, que la humanidad debe comprender que la expresión natural del Espíritu de Dios y el poder superador se extenderá por todos los corazones hacia todos los corazones como una actividad de amor cósmico y de voluntad cósmica?

Así entonces los ángeles ministrantes vienen a vosotros esta noche. Porque mientras os estoy hablando, lo que casi podría concebirse como una Nube Magallánica, está apareciendo en la conciencia de muchos. Y aunque provenga de lejos, se os acercará en esta clase y establecerá en vosotros una noción de vuestras iniciaciones cósmicas venideras.

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