Hay una trama de la vida alrededor del planeta, un antahkarana de luz.* Imagínese una telaraña, con hermosas gotas de rocío reluciendo sobre ella a la luz temprana del amanecer. Luego imagínese esa red en la tercera y cuarta dimensión, expandiéndose en todas direcciones. Acaba en empezar a visualizar la belleza y la majestuosidad de la trama de la vida.
Todo lo que tiene vida está interconectado a través de esta gran red de luz. Hay redes y campos energéticos de luz para cada persona encarnada. Estos se conectan con todas las demás formas de vida: los árboles y las plantas, la vida animal, incluso con el centro de la Tierra y el aura de los propios maestros.
Todo esto forma un patrón de filigrana de luz interconectada inmenso y complejo.
En este hermoso patrón los retiros etéricos de la Gran Hermandad Blanca aparecen como bolas gigantescas de luz. Son centros de infinitas líneas de fuerza que emanan de un retiro y se expanden desde su centro para conectarse con otros retiros, tanto en la Tierra como expandiéndose en el espacio. Cada retiro es un núcleo de energía muy importante, con una finalidad específica de mantener cierta acción que sacuda toda la trama y urdimbre del cuerpo planetario para nutrir a la vida y mantener la acción del fuego sagrado.
Las ubicaciones de los retiros de los maestros han sido reveladas sólo recientemente, y somos afortunados en esta época por haber recibido de los maestros este conocimiento. Ellos no tienen la necesidad de revelar estas cosas, pero lo hacen porque están con nosotros hasta el final, queriendo darnos todas las oportunidades de progresar espiritualmente.
Los maestros entienden que cuando la gente sepa dónde se encuentran estos retiros, pondrán su atención en ellos; una parte de esa atención se convierte en un conducto de energía mal cualificada que toda la humanidad tiene en su subconsciente. Así, a cambio de una cierta pérdida de privacidad y con la atención del mundo sobre ellos, los maestros han dado la ubicación de sus retiros para beneficio de la humanidad.
* Antahkarana [«órgano sensorial interior» en sánscrito]: la trama de la vida; la malla de luz que abarca el Espíritu y la Materia que sensibiliza a toda la creación y la conecta tanto dentro de sí misma y como con el corazón de Dios.
Este artículo está tomado de fragmentos del Los Maestros y Sus Retiros Volumen 2.
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