El siguiente es un extracto de un dictado de Madre María, dado el 14 de diciembre de l982, antes de La Clase de los Arcángeles.

nacimiento

Mis amados, que Belén y la Natividad sean ahora consagrados en vuestro corazón. Si deseáis una réplica del nacimiento1, puesto sobre este altar por vuestras bondadosas ofrendas de amor a petición de Saint Germain, deberías también erigirlo dentro de vuestro propio corazón, en vuestro propio altar; lo único que necesitáis es dar la señal de consentimiento a mis ángeles que vienen a establecer una sagrada luz en miniatura, un foco y un campo de fuerza de estos personajes de la Divinidad: siete que asistieron al nacimiento del Salvador, representantes de tres mundos y del cuarto.

Por tanto, este Salvador viene para la integración de los mundos de arriba y de abajo. Y los que asisten a sus bendiciones son los que seguirán el sendero de los siete rayos de su propia Cristeidad.

Cuán sagrado, y aún más sagrada es la venida de los santos ángeles, quienes por su servicio tan santificado bendicen vuestro corazón y el cáliz de vuestro corazón. El saludo de estos ángeles desde vuestro corazón a su corazón es también sumamente necesario. Por lo tanto digamos:

¡Salve, ángeles de la Misa de Cristo!
¡Salve, ángeles de la Misa de Cristo!
De este modo vienen. Así saludan la Palabra. Por lo tanto, adoran al Cristo dentro de vosotros.

Amados corazones, esto es trascendente y a la vez es reverencia en la cual debemos morar: la trascendencia de vuestra propia Cristeidad en esta era, vuestra autoestima, apreciando la Luz de Dios dentro de vuestro propio templo. Este es el gran regalo que lleváis a vuestros amigos y familia dondequiera que vayáis: la autoestima.

¡He aquí, la Palabra ha llegado!
¡He aquí, la Palabra está donde Yo SOY!
Oh Dios, hazme digno.
YO SOY digno.
Hazme digno.
YO SOY digno.

Así la luz de Omega envuelve al Planeta. Y los ángeles de Omega atienden este renacimiento de Cristo el Rey.

El pesebre en el altar de Camelot.

Que el brillo de vuestra estrella, amados corazones, produzca una equivalencia de trascendencia en los corazones de todos los que están cerca de vosotros, que sientan la emanación aúrica de todo el Espíritu de la Gran Hermandad Blanca y de los santos ángeles y de los santos vestidos de blanco, quienes también se reúnen en el nacimiento del Señor Jesús, que se reúnen en vuestro propio nacimiento.

¡Que haya una transmisión de la Santa Libertad! Que la proclamación emanada por vosotros se escuche a través de la Tierra:

¡Este es el día para la aparición del Señor donde YO SOY!
Yo resplandeceré como el Sol.
Porque mi propia Poderosa Presencia YO SOY ha venido a mí.
Para guardar la vigilia de la Misa del Cristo.

No por vuestros errores, amados, sino por vuestras victorias; no por vuestras enfermedades, sino por vuestras sanaciones; no por los registros de muerte, sino por la Vida elevada; se renovará en vosotros el curso de vuestro propio sendero de santa inocencia.

¡Elegidos de la Luz, nosotros hemos confiado las enseñanzas de la Hermandad no al hombre mortal, sino al Hijo del hombre en todos! Nuestra confianza es sagrada; y a través de ella y por vuestro amor nuestra Hermandad logra su empuje hacia el nuevo año.

¿Y en dónde aparecerá la estrella de vuestra Cristeidad? ¿Será sobre esta o aquella manifestación de injusticia: el ardiente centro del sol corrigiendo, coaccionando la vida para que obedezca su propio arquetipo interno? ¿Reposará la estrella sobre el lugar en Washington D.C., donde el Gobierno Divino está destinado a estar? ¿Reposará sobre áreas de hambre, plagas, tormentos, conflicto y guerra? ¿Vendrá a reposar sobre la celebración del día festivo envuelto en manifestaciones externas, al igual que en rituales internos del corazón que también llegan a los que comulgan dondequiera que estén —en la silenciosa noche del nirvana, y en la aparición de la Luz que viene del Nirvana una vez más para ser el habitante de la Tierra?

♦  ♦  ♦

Entonces, que esta hora sea para la intensa vigilia dentro del núcleo de fuego blanco del corazón de la Natividad, de mi propio corazón donde os doy la bienvenida, y del corazón de la Mensajera a donde podéis entrar y estar en comunión con el Gurú Padma Sambhava. Que el fruto de esta época de la Misa de Cristo sea vuestra propia integración en los cinco rayos secretos y sus iniciaciones. Porque vosotros veréis, con la llegada de los arcángeles semejante intensidad de luz, semejantes espirales altísimas de aceleración del Sol Central que quisierais dar un salto y agarrar los candentes anillos en el mismo aire a medida que os impulsan más cerca de la estrella de vuestra Poderosa Presencia y al Sol Central del ser.

¡Verdaderamente, la Clase de los Arcángeles se ha esperado por mucho tiempo! Y YO SOY su portavoz, incluso al fijar la llama de la Madre, como arriba así abajo. Juntos hemos ponderado solo cuándo estarán, pues, unos cimientos construidos firmemente en la Tierra para que liberemos esta luz extraordinaria.

Por tanto, la hora ha llegado. Y todo está listo. Y nosotros esperamos sus viajes hacia este Egipto, este campo de fuerza de la Madre, durante ese período de celebración de la luz blanca del nuevo año.


Extracto de un dictado de Madre María publicado en Perlas de Sabiduría vol. 24 nº 1 del 4 de enero de 1981.

1. El pesebre en el altar de Camelot. Gracias a las generosas ofertas de amor de los Guardianes de la Llama, este pesebre se obtuvo en respuesta a la dispensación de Saint Germain.

“En busca de ese pesebre, incluso el arca de seguridad donde la Natividad debería estar inmaculadamente resguardada, hemos seleccionado este altar del Santo Grial para la contemplación de la Natividad, para que se convierta en un foco cósmico del nacimiento de Cristo para este cuerpo planetario… Estamos contemplando ahora el descenso etérico en manifestación de esta Natividad. Y el arquetipo etérico queda establecido y vosotros podéis sentir la emanación de luz que los corazones de los participantes irradian desde este propio campo de fuerza… A través de este foco, amados corazones, estableceremos un nuevo impulso acumulado de la Sagrada Familia, la oportunidad de los hijos e hijas para que den a luz a los seres Crísticos, la oportunidad para que la cooperación magnificente de los ángeles, maestros ascendidos y hombres y la vida elemental, sin los cuales no podría haber estado la dispensación pisciana. Deseo recomendaros que ayunéis y oréis para que también tengáis la visión de la Virgen y el Niño Varón, el mismo que Yo sostuve en mis brazos y adoré como el Salvador del Mundo. De este modo mediante la duplicación de la imagen y la réplica de nuestra vida, se podrán establecer mundos sobre mundos una vez más en esta octava”. (Dictado del 22 de noviembre de 1980. Véase Perlas de Sabiduría, vol. 23 nº 48 del 30 de noviembre de 1980, pág. 333)

Este nacimiento se colocó en el altar precisamente donde Saint Germain se paró cuando pronunció el dictado. Las figuras de madera son aproximadamente de 25 pulgadas de alto, talladas en madera y se pintaron a mano en Italia. Este foco de la Natividad permanecerá sobre el altar hasta que el derecho a la vida de cada hijo de Dios sea garantizado bajo la Constitución de los Estados Unidos de América, el derecho a vivir para lograr el potencial Crístico personal. Les recomendamos que mantengan su propio nacimiento en un lugar especial en su hogar o en su altar hasta que se logre la victoria del Señor.

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