Limpieza de Primavera

Este es un extracto sobre la Llama de la Resurrección de las Perlas de Sabiduría de 1991, vol. 34, nº 12, del dictado de la Maestra Nada: Un amor purificador.

La Llama de la Resurreccion

La Llama de la Resurrección sí purifica, sí consume, sí conduce, sí refina antes de que haga el trabajo final sobre vuestra alma, arropándoos en las vestimentas del sexto rayo o vistiéndoos en esa luz de la Cristeidad.

Por tanto, la Llama de la Resurrección destaca todo lo bueno, todo el logro, todo en lo que habéis salido victoriosos vida tras vida, que los ángeles caídos han negado y tomado de vosotros, cargando sobre vosotros una y otra vez la condenación de la Muerte y el mismo Infierno.

El fuego de la Resurrección ahora brinda nueva vida, el verde de la primavera, los nuevos brotes. Y todo lo que queda, todo lo que no se preserva es alejado ya que vosotros mismos lo rechazáis. Guardad esto. Rechazad aquello. Es un proceso de selección.

La Llama de la Resurrección selecciona para vosotros, pero tenéis libre albedrío. Debéis poder mirar las cosas, registros, gente, situaciones, anhelos, expectativas no cumplidas y decidles a todos ellos:

&laqou;Yo soy un ser libre en Dios completo en mí mismo, en el corazón de Dios. No necesito esto. No necesito aquello. No necesito esto otro. Otros pueden necesitar mis pertenencias. Que ellos las tengan. Yo soy un ser de Amor y de la resurrección del Amor. Daré Amor y todo lo demás que tengo lo dejaré ir».

Sed divinamente libres, amados, porque en el camino de la vida en esta década vosotros más fácilmente podéis encontrar a un ángel o a un Maestro Ascendido caminando por la calle que a una entidad desencarnada — si mantenéis el anillo de fuego alrededor de vosotros. ¡Que vuestra presencia sea fuerte en amor divino, repeliendo constantemente las fuerzas negativas! Vienen a robar vuestra luz. No seáis entretenidos por ellos ni los entretengáis.

¡Desplazaos con la precisión del propósito! Moveos con la visión interna. Moveos con la conciencia que sois esfera de Luz, que sois un compartimiento de la conciencia de Dios y os usamos veinticuatro horas al día para traer Luz, Luz, Luz-Luz del Sol Central, luz del Sagrado Corazón, Luz de vuestro Santo Ser Crístico [a todos los siervos de Dios en la Tierra].

Sed una estación de transmisión y recepción. Sed un faro en la noche. ¡Sed un pilar de fuego y un faro en la roca! Muchos necesitan del amor de vuestro corazón.

Os llamo a que realicéis el papel de un ángel, de Maestro Ascendido y del instructor. Os llamo, amados. Porque os presento otra visión, no la que veis en televisión, ese papel como modelos del glamour que pasan ante vosotros, esas telenovelas que se reproducen el reino astral una y otra vez, esos patrones que entran insidiosamente en las vidas de muchos [quienes, por poner su atención en ello,] están consignados a una banda estrecha de esta octava física, a un estrecho [espacio entre] arriba y abajo.
La conciencia es estrecha en esta plataforma llamada el planeta Tierra. ¡No la tengáis! Expandíos en la tercera y cuarta dimensiones, amados. Desplazaos en la Tierra siendo como sois, en lo que sois: el Gran Dios mismo en el proceso de fundirse con vuestra alma, vuestra alma en el proceso de convertirse en la novia del Cordero.

¡Pensad en grande, amados! Vuestro cuerpo causal es vasto, sin embargo usáis solo una diminuta parte de él. Vuestra Poderosa Presencia YO SOY es todo el poder, toda la sabiduría, todo el amor de un cosmos, pero de algún modo [vuestra] llama trina no crece proporcionalmente. Lo hará en respuesta a vuestro llamado, pero ¡debéis tener la visión! Debéis tener la comprensión de cuán poderoso es el Señor y cuanto del Señor podéis manifestar diariamente.

¡Oh, el amor de las huestes celestiales! ¡Oh, la piedad divina para todos sobre la Tierra! ¡Oh, el sentido de júbilo, de esperanza, de valentía que traemos! Estos son días de dorada luz del Sol, de horas colmadas con las más finas percepciones: un sentido de proporción de quiénes sois, de quiénes habéis sido por millones de años y más, dónde seguramente vais en el sendero de vuestra ascensión. Con vuestra determinación fija en la meta, amados, por la gracia de Dios vosotros no fallaréis.

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