Este extracto del dictado de Buda Gautama del 25 de octubre de 1965 se publicó en las Perlas de Sabiduría de 1983, vol. 26 no. 8.
La quietud melódica de la Paz irradia el impulso en cascada de tu amor, y que el mundo sienta nuestra paz, al transmitir la armonía y el equilibrio de la Mente de Dios al campo energético de la individualidad, al llevar a la puerta de cada hombre la comprensión de la dignidad del cielo y los requisitos de esta hora para la familia de las naciones para la manifestación inmediata del Cristo Cósmico como la necesidad urgente de la hora.
Porque los corazones de los hombres necesitan acercarse como nunca antes, porque las fuerzas divisionistas del mundo y el tumulto creado por las antipatías que parecen florecer en esta hora hacen imperativo que los hombres entiendan cómo preservar los valores de las misiones espirituales al mundo, que han sido la salvación de la humanidad en todas las eras.
Ahora, mis muy amables, cuando vengo esta noche a vosotros —individual y colectivamente— es para hablar de una misión de amor y gratitud. Los hombres deben entender que una misión de amor es el cumplimiento de la ley divina para cada individuo, por lo que él se regocija al llevar a la humanidad la bendición de gratitud para otra corriente de vida y la oportunidad abnegada que este servicio brinda a todos. Una recompensa que imparte alegría a otro es, de hecho, un medio para que se imparta un gozo propio.
Fomenta la paz como un acicate
Vosotros sois elegidos por Dios, ya que reconocéis la responsabilidad del hermano mayor de fomentar la paz como un acicate para que también se propague y se extienda por doquier.
Ahora, el concepto de la propagación de la paz puede parecer, al principio, un poco diferente a lo que vosotros habéis pensado en el pasado. Pero permitidme llamar vuestra atención de todos los valores eternos que valen la pena que se les preste atención, energía y apropiación de la energía en la corriente principal del pensamiento, para que los individuos apliquen la ley de la vida, la ley de su ser, a una situación dada en un tiempo específico para un servicio determinado.
Veis, queridos, hay muchos corazones solitarios entre la humanidad en esta Tierra. Son peregrinos. Vienen de lejos. Muchos encuentran que la vida aquí es perturbadora para su sentido de simetría y equilibrio. Me gustaría, entonces, hablaros, en relación con una misión de servicio, de los niños pequeños del mundo y cuán dependientes son de sus mayores para la liberación de algún núcleo de sabiduría sagrada.
Los niños pequeños necesitan y requieren mucho amor. Este amor a menudo solo se da a través de vosotros. Y si cerráis la puerta a uno en particular que pueda estar cerca de vosotros y que necesite o requiera de vuestro amor o servicio, en realidad, podéis privarlos de una oportunidad única de consuelo y paz.
En este momento no os dais cuenta de lo importante que es el punto de contacto entre vosotros y otras partes de la vida.