Este extracto sobre la elección de la victoria de un dictado de El Morya, Un Cáliz de Zafiro fue dado por Elizabeth Clare Prophet el 12 de febrero de 1988, durante una campaña a favor de Saint Germain y la revolución venidera de la conciencia superior en San Francisco, California y está publicado en las Perlas de Sabiduría Vol. 31 No. 19 de 1988.

El Morya cite - 2017

Benditos corazones, ahora consideremos cómo cada uno os convertís en una faceta del Corazón Diamantino de la Madre Divina y del mío propio. La Bendita María se alza en esta habitación irradiando una luz curativa. Habéis tardado, algunos más tiempo que otros por muchos años, tanto que muchos han asistido al servicio de la iglesia por muchas vidas, y por lo tanto la recompensa es instantánea. Como la Santísima Madre ha percibido las necesidades de curación que ni vosotros mismos sabéis, ella os unge con ungüentos de luz curativa. Sois tan amados.

¡Oh, apresuraos, oh apresuraos, amados! Porque la victoria está cerca. Los ángeles están de guardia. Pero una victoria cuya copa no está cualificada no es una victoria —y no hay puntos medios. Benditos corazones, es una elección para la victoria o la derrota absoluta y la autohumillación.

Ascienda la Luz y el alma seguirá su ejemplo. Que el alma ascienda y millones le seguirán. ¿No hemos ganado nuestras cintas de luz azul? ¿No hemos visto y conocido la inspiración de millones porque nos hemos atrevido a subir al monte Horeb y conocer a Dios cara a cara?

Dejad que la luz poco común sea guardada por las almas poco comunes que se atreven a ser diferentes.

Ahora por el amor de mi corazón y el fuego de la voluntad de Dios toco a diez mil nuevos chelas de la voluntad de Dios a punto de entrar. Los toco, amados, por mi amor a Jesús y el llamado que él hizo para atraer a diez mil nuevos Guardianes de la Llama. Yo los toco y les digo que estoy en la búsqueda de los santos de Dios que no saben que son santos hasta que la Santísima Madre se los dice.

¡Amados, dejad que las flores que son los lirios en la Tierra sean vivificadas y despertadas! Dejad que sientan la suave brisa y tengan esperanza nuevamente. Haced vuestra parte, amados, porque he asegurado toda la dispensación que la Gran Ley me permita. Ahora, ¿no daréis de la Luz de vuestro corazón para que también podáis ser el recipiente de Alfa, de un manto ardiente y de las dispensaciones que yo no podría recibir?

A vuestra manera, entonces, buscad y encontrad. Llamad y tocad. Recibid la respuesta y sabed que la puerta de Darjeeling se abre. Venid, entonces, mis amados, porque tenemos el trabajo de la Madre Divina de todas las eras por cumplir.

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