La palabra «Elohim» (plural, del hebreo «Eloah», Dios) es uno de los nombres hebreos de Dios, o de los dioses; se utiliza en el Antiguo Testamento cerca de 2.500 veces, con el significado de «Poderoso» o «Fuerte». Elohim es un nombre uni-plural que alude a las llamas gemelas de la Deidad que comprenden la «Divinidad Plural». Al hablar específicamente de la mitad masculina o femenina, la forma en plural se conserva debido a la comprensión de que una mitad de la Totalidad Divina contiene y es el Ser andrógino (la Divinidad Plural).
Los Siete Poderosos Elohim y sus contrapartes femeninas son los constructores de la forma; por lo tanto, Elohim es el nombre de Dios usado en el primer verso de la Biblia: «En el principio Dios creó el cielo y la tierra». Bajo los Elohim sirven directamente los cuatro seres de los elementos, «las Cuatro Fuerzas Cósmicas», que tienen dominio sobre los elementales: los gnomos, las salamandras, las sílfides, y las ondinas.
Los Siete Poderosos Elohim son los «Siete Espíritus de Dios» nombrado en el Apocalipsis y las «estrellas de la mañana» que cantaron juntas en el principio, cuando el SEÑOR las reveló a su siervo Job. Hay también cinco Elohim que rodean el núcleo de fuego blanco del Gran Sol Central.
En el orden de la jerarquía, los Elohim y los Seres Cósmicos mantienen la concentración más completa, la vibración de la Luz más alta que podemos comprender en nuestro estado de evolución. Representan, con los cuatro seres de la naturaleza, sus consortes, y los elementales constructores de la forma, el poder de nuestro Padre como el creador (el rayo azul).
Los siete Arcángeles y sus complementos divinos, los grandes serafines, querubines, y todas las huestes angelicales representan el amor de Dios en la intensidad ardiente del Espíritu Santo (el rayo rosa).
Los siete Chohanes de los rayos y todos los Maestros Ascendidos, junto con los hijos e hijas no ascendidos de Dios, representan la sabiduría de la Ley del Logos bajo el cargo del Hijo (el rayo amarillo).
Estos tres reinos (Elohim, Arcángeles, y los siete Chohanes y Maestros Ascendidos) forman una tríada de manifestación, trabajando en equilibrio para transmitir, reduciéndolas en intensidad, las energías de la Trinidad. La entonación del sonido sagrado «Elohim» emite el enorme poder de su Autoconciencia Divina, reducido para que usemos tal bendición a través del Cristo cósmico.
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Este artículo está tomado de fragmentos del Volumen 21 de Perlas de Sabiduría de 1978.