Esta publicación es un extracto corto de la extensa conferencia dada por Elizabeth Clare Prophet sobre el Ciclo de catorce meses de la iniciación de los Seres Crísticos a través de las Esferas del Gran Cuerpo Causal publicada en las Perlas de Sabiduría de 1984 Vol. 27 No. 56b.
Algunas personas no recuerdan prestar atención a su Presencia YO SOY por diez minutos diariamente y luego retener esa atención en su Presencia YO SOY durante el día. La gente me pregunta: “¿Cómo hace esto?”. Bueno, cuando establecen un contacto muy firme con Dios Todopoderoso desde el instante que se levantan y empiezan su meditación, incluso mientras se preparan para sus actividades y dan sus decretos, es como preparar el escenario para su día.
En cualquier cosa en que pongan su atención, esta debe estar siempre puesta en Dios, y todo lo que procede de esa atención. Y cuando se encuentren en situaciones tensas y periodos largos de total esfuerzo, tómense microsegundos, medio segundos, y regresen a ese punto de sintonía y unidad. Es el punto donde anclan su energía y su luz. Es como tomar todas las fuerzas del ser, dejar que Dios se haga cargo de ellas y ver que todo está en una energía y movimiento ascendentes.
Como saben, hay mucha oposición al chakra de la coronilla y a la llama de la iluminación. Viene como letargo y pereza, comida pesada y dieta que nos da sueño, embotando nuestras facultades mentales, posponiendo el estudio y la organización de nuestro trabajo espiritual. Pero la iluminación no es simplemente el refinamiento de nuestro ser en esta octava, es en realidad, a través del chakra de la coronilla, que obtenemos la unión con el Padre. Es la práctica de la Presencia de Dios. Y es el Padre quien nos enseña lo que tenemos que aprender de las enseñanzas del Hijo, o la Palabra encarnada.
Y así, nuestra meta no es simplemente estudiar, sino tener la Palabra de los maestros y tener la sintonía con el Padre a través del chakra de la coronilla para asimilar, para saber, para entender, para penetrar, para contener la esencia de la Luz para el propósito supremo de la unión de uno con Dios, pero incluso más importante, para el propósito de tener la hogaza correcta del Pan de la Vida, el entendimiento correcto, cuando nos encontramos con aquellos en necesidad en el sendero de la vida. Teniendo esto en la bodega y baúl de tesoros de nuestra memoria y muestra mente, el Espíritu Santo puede entonces liberar la sabiduría precisa para situaciones muy difíciles.
Y encuentro a medida que recorro el camino de la vida, que los desafíos que descubro en la gente y sus problemas se vuelven más complejos, más exigentes, más desafiantes por la misma presencia de Dios que traigo. Y me doy cuenta que este es el fin para el cual he sido preparada y para lo cual ustedes mismos han sido preparados: este alto llamado de estar en la Presencia del Padre y por tanto ser siempre Su instrumento.