(Discurso del día de la Ascensión de Lanello de 1976, Parte 1)

trina llama, ascensionVengo entonces, sabiendo que habéis pasado por la aflicción y las pruebas y las tentaciones de la vida. Y os digo, que Dios os ha probado porque el hará de vosotros el sacrificio vivo, por el cual se revela aquello que ha estado oculto, el Ser Crístico de cada uno. Veamos este ejercicio, este experimento en la maestría ordenada por Dios, como el sendero de la victoria sobre el egoísmo y la ceguera del egoísmo y la idolatría del egoísmo.

Que los devotos en el Sendero, se hagan ligeros mientras que ¡la grasa de la existencia egocéntrica se reduce! Que se vea a los devotos, como aquellos que ven a Dios porque ven más allá del ser humano, porque no han estado dispuestos a poner sobre el estante, a esa estatua del ser, esa fotografía del ser, ese ser adornado, porque han estado dispuestos a colocar en su lugar, la visión de la Cristeidad, la visión de la victoria para todos.

Os pido entonces, un regalo esta noche, —un regalo para mí, en el día de mi ascensión— para que yo pueda daros a vosotros, un regalo en vuestro día de nacimiento, en el nacimiento del Niño Crístico. Yo pido el regalo en mi mano, de un pequeño bocado de vuestro egoísmo, y de vuestra indulgencia personal. Pensad en algo que podéis dejar a un lado. Algo que haya sido especial para vosotros, pero que ya no lo es, porque se da algo más. Es el amor que compartimos, la cruz que cargamos por Saint Germain, el sendero que caminamos con los maestros, el sendero con Dios cuando hablamos con él. Porque compartimos todo esto y más, nuestro gran amor y todo lo que Dios tiene guardado nos permite, entonces, sacrificar una porción de ese ser, para el mayor beneficio y la mayor gloria de la vida y de la victoria de la vida en la ascensión de las almas de Dios en la Tierra.

Y tomaré ese bocado de egoísmo y lo pondré en el fuego sagrado; y habéis escuchado de ese ritual del fuego sagrado. Os devolveré un bocado de mí mismo para que me podáis tener con vosotros, Lanello como ese bocado, como esa piedra preciosa, ese recuerdo de nuestro amor y nuestro caminar, para que podáis encontrar en vosotros, en vez de egoísmo, vuestra propia conciencia personal de que YO SOY en vosotros, el YO SOY que vosotros sois. Y en esa conciencia personal, podéis caminar hasta la estrella de vuestra divinidad, podéis caminar en el retiro del Dios Tabor, podéis caminar en el Retiro del Royal Teton.

Y debéis de hacer vuestros planes este día para entrar en estos retiros conscientemente, en plena conciencia, vuestra mano en la mano de Saint Germain, en la mía propia, y en la mano de la Madre de la Llama. Pues tenemos muchas promesas guardadas, muchas promesas guardadas, y ya no luchareis más con vuestra creación humana. Pero este día, yo profetizo que la derrumbareis y diréis:

¡“Basta ya! ¡Estoy harto de mi creación humana! La pondré en la llama, y ¡tendré las experiencias de un Chela en el sendero! Y en esta vida, conoceré al maestro cara a cara. ¡Sentiré ese abrazo cariñoso! Entraré en su corazón, alma y mente. Yo seré para él como Juan el Amado fue para Jesús el Cristo”.

¡Planead esto, Yo digo! Pues solo los planes que formuléis, se harán realidad.

Y podéis hacer un deseo, el deseo en la fuente, la fuente del amor de la Madre, y vuestro deseo puede ser el deseo de Dios deseando ser Dios dentro de vosotros, Dios ardiendo en vosotros, ardiendo, derritiendo la cera del engaño humano. ¡Oh, se reirán! Cómo se reirán, los hijos y las hijas de Dios, cuando debido al calor ferviente de la llama interna, intensificada por los llamados, esos maniquís, esos robots, se derretirán, se derretirán como cera de veladoras, cuando la llama trina brille ardientemente sobre la Tierra en los corazones de los niños del Uno, los niños del sol.

Y, como aquellos que buscaron volar con las alas de su creación humana, usando la cera de la creación humana, el sol de la Presencia YO SOY derretirá, derretirá esas alas, y causará que esa creación humana se caiga de nuevo en la tierra, hasta que aprenda que la única manera de volar, alto en el cielo, es por medio de las alas del logro, el logro del Espíritu, el logro del alma.

¡Ganaros vuestras alas, oh benditos corazones! Y planead vuestras alas, planead vuestro logro y ¡planead vuestro vuelo en las alturas de la conciencia Divina! Entonces, os elevareis, transcendiendo planos, y os encontrareis a vosotros mismos, en ese estante de roca, en las alturas, en las alturas en donde las águilas se reúnen, y estaréis en la compañía de los ascendidos. Entonces, caminaréis y hablaréis con ellos y aprenderéis la manera de vivir en la eternidad.

Y vendréis de nuevo, como he venido yo; vendréis de nuevo como he venido yo. Estaréis en encarnación, con esta conciencia, hasta que un día, ese vuelo, ese último vuelo, vendrá y sabréis en vuestra alma, que esta vez ya no regresaréis al templo del cuerpo. Esta vez dejaréis el templo para ser consumido por los fuegos de la llama de la ascensión, en el fuego sagrado del altar —el altar de MU, la madre patria de las eras. Planead esto, pues ¡YO ESTOY planeando con vosotros!

Ahora, burlémonos de esa creación humana. ¡Burlémonos de esa conciencia humana! No permitamos que acechen y revoloteen como buitres esperando comerse los cuerpos muertos de aquellos que murieron sin Cristo.

¡Veamos a través del velo, ese velo de la sustancia! Y en un vistazo, ahora, en un abrir y cerrar del ojo de Dios, diréis conmigo, mientras que observáis todo el espiral de la creación humana, «No tienes ningún poder, tu día ha llegado» [La audiencia dice con Lanello, « ¡No tenéis ningún poder, vuestro día ha llegado!»]

Y pronunciaréis el fíat que resonará en la montaña, la montaña santa de Dios: « ¡No eres real, pues YO SOY real!» [La audiencia repite con Lanello, « ¡No eres real, pues YO SOY real!»]

¡YO SOY real! ¡YO SOY Lanello en la llama! ¡YO SOY Lanello dentro de vosotros! ¡YO SOY la ruta que no tomaréis en vano! ¡YO SOY la ruta de la victoria! ¡YO SOY la victoria trotando como el latido de vuestro corazón, corriendo por vuestras venas! YO SOY la victoria, el victorioso, ¡YO SOY la unión de la luz que vence a la dualidad de la noche! ¡Sed uno, y sabed que el amor es la clave de vuestra ascensión!

¡Gracias y buenas noches, buenos días, buenas noches, y buenos días todos los días de vuestra vida! Porque os diré, y si escucháis, me escucharéis saludaros en el giro de los doce ciclos de la noche y del día. ¡YO SOY Lanello! YO ESTOY con vosotros todo el camino al hogar!

Lea la primera parte


Este dictado por el Maestro Ascendido Lanello por medio de la mensajera, Elizabeth Clare Prophet fue publicado como la Perla de Sabiduría®, vol.19 No.18, 2 de mayo de 1976.

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