Este es un fragmento del dictado de El Morya dado el 27 de abril de 1986, El Espíritu de la Gran Hermandad Blanca, instituir el deseo por el Control-Divino, publicado en las Perlas de Sabiduría del 1986, vol. 29 no. 48.
Amados, ¿qué podéis controlar en la vida? Lo único que podéis controlar es el yo, porque no es lícito controlar otro yo, salvo el padre que tiene el control Divino del niño confiado a su cuidado. Amados, entended bien el significado de la situación de libre albedrío yuxtapuesto contra el telón de fondo de las fuerzas cósmicas y universales, sistémicas y planetarias moviéndose en, a través y alrededor de la persona.
Amados, nunca ha sido más precario, por lo tanto, más importante, que el chela de la voluntad de Dios esté en control Divino de su mente, fuerza, corazón y autoconocimiento y, por lo tanto, prepararse para entrar en esa Mente de Géminis de Dios que es el Alfa y la Omega del sol central de vuestra Poderosa Presencia YO SOY.
Es de importancia cósmica, oh chelas, que prestéis atención a mis palabras así como a mis reflexiones y comentarios sobre las escenas de nuestro tiempo que pasan de mí a través de la Mensajera a vosotros. Porque a menudo, en un momento y en un comentario, encontrareis el relato de todo lo que se requiere para desbloquear el rompecabezas del presente y los misterios de la Vida.
Puesto que, es de esta manera que el control Divino dentro de la persona debe establecer los límites de su morada, comprended esto: cuando permanecéis en el control Divino de los cuatro cuerpos inferiores, de las energías del cinturón electrónico y del karma, y cuando este control Divino no es por voluntad humana, sino por vuestro conocimiento con la Mente de Dios, entonces la fuerza del sol central del ser, que es el corazón, empieza a expandirse y no ondula, sino mantiene su posición como sol central de la envoltura áurica.
Retención del campo áurico de Gautama
Ora, pues, para que tu llama trina esté en equilibrio, que la Madre esté en ti, y que tu vuelo no sea en invierno. Orad, pues, por encima de todo, para retener el campo áurico del Señor Gautama Buda, quien os ha prestado, amados, no solo el hilo de contacto a su llama trina, sino a los devotos de la voluntad de Dios, su campo áurico —el cuerpo causal— para ser congruente con el suyo como vosotros lo deseáis y así periódicamente se afinen con esos rayos secretos de vuestro corazón. El que está seguro en tiempo de tribulación planetaria es aquel que está sellado en esta luz áurica intensificada.
Nosotros llegamos, entonces, a una medida de cordura y una medida de prevención. Sacamos nuestra masilla y sellamos las fugas en las auras de nuestros chelas que invocan tanta luz, y sin embargo esa luz a veces gotea o derrama a través de agujeros de pinchazos o rasgaduras más grandes en el campo áurico.
Amados, la fuerza del campo áurico es la fuerza del campo electromagnético, el último es más permanente, mientras que el aura es la que más refleja los altibajos momentáneos. Entonces, nosotros venimos con la masilla del relámpago azul y el fuego sagrado para ayudaros. Nuestros ángeles, por tanto, reparan el campo de energía y el envoltorio áurico mientras vosotros estáis sentados en lealtad y devoción en esta hora de nuestra venida.
Amados, vosotros sois muy amados. Por tanto, este es nuestro deseo, nosotros [los miembros] de los Consejos de Darjeeling, de India y del Royal Teton de la Gran Hermandad Blanca en los cuales servís, daros una percepción este día de lo que se siente al estar libre del recipiente roto, para que os sintáis en un envoltorio áurico que tiene calidez, poder y la Presencia de Dios, de manera que mientras os movéis a través de vuestro día sintáis que estáis en esa Presencia, no os desvíes de ella y seréis abundantes en la alegría y el conocimiento:
Mi Redentor vive.
YO SOY quien YO SOY.
Yo habito en la Presencia de Dios.
Siento ese Amor conmigo siempre.
Y por lo tanto, sé [que]
¡Alcanzaré el lugar y el período de mi Destino!
¡Voy a ir más allá de estos años de adversidad del planeta!
¡Me encontraré todavía en este cuerpo en el Nuevo Día!
Mantened la armonía de la Luz que habéis invocado
Amados, si no sentís siempre esta confortante Presencia de Dios con vosotros, entonces os diría que debéis considerar tener cierta preocupación por el mantenimiento de la armonía de la luz que habéis invocado y con respecto a los peligros en el sendero de la vida, ya sea por enfermedad, accidente o simplemente de estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, lo que ha resultado fatal para muchos en este desencadenamiento del terrorismo.
Amados, venimos, pues, con esta Presencia de Amor. Cuando la sintáis desde nuestro corazón, recordad que no es solo vuestra Presencia YO SOY y Santo Ser Crístico y el Espíritu Santo que están con vosotros, sino que muy bien puede estar la sombra de un Maestro Ascendido a quien amáis, una llama gemela ascendida, o un ángel enviado por uno de los arcángeles para ayudaros.
Regocijaos, pues, en esa Presencia reconfortante y valoradla en contra de todas las mercancías, situaciones y posiciones en la tierra. Porque hay lugares en la tierra amados, tan oscuros y pesados, donde vosotros podéis vagar; muchos de ellos no muy lejos de vosotros aquí físicamente, donde esta Presencia es neutralizada por la Oscuridad solo porque aún no habéis alcanzado vuestro dominio Divino en esa Presencia, su sostenimiento. Y, por lo tanto, la Presencia se eleva a un campo electrónico superior y vosotros sois incapaces de sostener esa misma Luz en los lugares donde la Oscuridad pueden vagar, donde pueden encontrarse vuestros empleos u otras idas y venidas para satisfacer las necesidades de la vida.
Os pido esta semana, pues, en nombre del primer rayo, cuyo Señor soy, que toméis la oportunidad de la autoobservación, para que notéis cuando viene la ausencia de este reconfortante calor de la luz del sol de vuestra Cristeidad, que es la causa de ello. Id tras la causa, ya sea el miedo, la ansiedad o las implicaciones mundanas o permitiréis que la energía del mundo entre en vuestra a corriente de vida a través de acceso excesivo de los medios de comunicación, como la televisión, etcétera.
Amados, en verdad la seguridad está en el arca del Señor. Por tanto, con todo lo vuestro ser, tomad el arca del Señor. ¿Podéis encontrarla? ¿Podéis verla? Es el Lugar Preparado, de hecho, el lugar de vuestro corazón, el lugar del aura.
Protegeos en la Gran Hermandad Blanca.
Que sea una nube de testigos a vuestro alrededor sostenidos por el estira y afloja de vuestro corazón de las huestes angélicas y vuestro amor.
Protégenos en el corazón de la llama trina y el Buda.
Protéjenos, en verdad, en el corazón de Cristo.