El 7 de febrero es el cumpleaños de Tomás Moro.

Tomás Moro fue una encarnación del maestro ascendido El Morya.

Lo siguiente es un extracto del libro recién reimpreso en inglés Los Señores de los Siete Rayos, por Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet.

El Maestro Morya como el Señor Tomás Moro

Maestro Morya, Tomas Moro«Morya ha servido en numerosas encarnaciones como legislador de hombres, monarcas y naciones, convirtiéndose así en un experto en economía y en asuntos de estado, en la psicología del poder en la psique humana y, por tanto, en su resultado dentro de la política de las relaciones personales e internacionales.

»A través de las iniciaciones de su sendero individual de Cristeidad, este amado Maestro de los Himalayas ha adquirido la quintaesencia de la devoción a la voluntad de Dios; virtud por la cuál sus chelas lo adoran y confían en él supremamente y por la cuál fue dos veces canonizado por la iglesia de Roma.

»Sirvió como conciencia y consejero principal de los reyes ingleses Enrique II y Enrique VIII como Tomás Becket y Tomás Moro. Enrique, dos veces nacido como tal, lo elevo dos veces al cargo de Canciller y dos veces lo martirizó por haber obstruido sus ambiciones. La similitud de ambas vidas no se le ha escapado a los escritores que han comentado sobre el sendero de Tomás Moro hacia la santidad:

»Dos veces en la historia de Inglaterra aparece la figura de un gran mártir que fue también canciller del reino. Tomás Becket… dio su vida para salvar a la iglesia inglesa de la agresión real; Tomás Moro dio la suya en un vano esfuerzo por preservarla de mayores agresiones. Ambos fueron favoritos del rey que amaron más a Dios que a su rey. La coincidencia es sorprendente.
»Moro fue beatificado por el Papa León XIII en 1886, junto con otros mártires ingleses y canonizado en 1935. Aunque no hubiera muerto en defensa de la fe, hubiera sido candidato para la canonización en calidad de confesor. Desde el principio hasta el fin, su vida fue singularmente pura, vivida en el espíritu mismo de su plegaria:

Concédeme, buen Señor, el anhelo de estar contigo; no para evitar las calamidades de este mundo perverso, ni para evitar las penas del purgatorio, ni tampoco los sufrimientos del infierno, ni para obtener los júbilos del cielo para mi propia comodidad, sino nada más por amor a ti.

»Todo esto y más lo ha cualificado de forma preeminente para tener el puesto de Señor del Primer Rayo».

La Voluntad de Dios − La Poesía de Morya

«Simplemente pídele al Maestro (creyó que nunca lo harías) y te recitará uno de mil poemas o capítulos de mil libros que ha escrito − todos sobre su pasión por el cristal de la Mente de Dios que es Su Voluntad.

»Pero primero te contará la historia de Cristo en Getsemaní, de su oración la noche antes de su juicio y crucifixión, “Padre, si quieres, pasa de mi esta copa; empero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Y, luego te hablará sobre el mantra del Gurú y del chela del Primer Rayo de la Voluntad de Dios − “¡No mi voluntad, no mi voluntad, no mi voluntad sino que se cumpla la tuya!” − Que ata sus corazones en servicio a éste, Cristo Jesús, cuya vida, cada momento de ella, es la mayor exposición de la voluntad de Dios que existe».

Una Rosa Azul sobre el Altar de Tu Corazón

«Habiendo dicho esto, él, el verdadero siervo humilde de Dios, recita esta ofrenda, la cual, si se lo permites, colocará como su rosa azul sobre el altar de tu corazón:

»A través de los siglos los hombres han hablado acerca de la voluntad de Dios como si fuera algo ajeno a la voluntad del hombre, sin parecerse en nada a la ofrenda que le otorga los más preciados dones al hombre. Contrario a la opinión humana, la voluntad de Dios busca otorgarle al hombre su derecho natural inmortal y nunca privarlo de su libertad.

»El enigma de la vida está escondido dentro de la voluntad de Dios. Cuando se comprende correctamente, proporciona un estímulo hacia todos los propósitos dignos y vuelve a crear una pasión para vivir que muchos han perdido. Lo que llamáis ardor o destello, cuando es imbuido con el Espíritu Santo, no es una quimera sino un destello de alegría que se propaga por el vientre del mundo, que mece los pinos más altos y mueve todas las cosas hacia la utilidad cósmica y el propósito cósmico.

»La voluntad de Dios es el diamante perfecto, es el brillo de la Mente Divina, es la ráfaga del viento del Espíritu y, es la fuerza y la risa de la verdadera identidad.

»“¿Cómo puedo conocer la voluntad de Dios?” Este es el reclamo de millones. El hombre presupone que la voluntad divina está escondida, como si fuera parte del plan del Dios Eterno jugar a las escondidas con él.

»¡No es así! La voluntad de Dios es algo inherente en la vida y simplemente espera la señal de ser liberado de la voluntad del hombre para irradiar el poder del dominio al mundo del individuo. Existe un vínculo soberano entre la voluntad mortal y la inmortal. En la afirmación de Jesús, “Al Padre ha placido daros el reino”, los hombres pueden estar consientes de la voluntad eterna como la medida completa del amor eterno.

»¡Soltad entonces, vuestros sentimientos de posesividad sobre vuestra propia vida! Entregad el sentido infame del pecado y de la rebeldía, la voluntad deplorable del auto-privilegio que engendra la esclavitud. Mirad a la voluntad de Dios como algo omnipresente y completo, el latido santo del Sagrado Corazón que palpita adentro del vuestro. Sabed y comprended que la entrega no es el olvido sino un punto de comienzo y de mayor alegría».

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