Esta publicación es un extracto de un dictado El mejor servicio que podéis ofrecer por Saint Germain publicado en Perlas de Sabiduría Vol. 47 Nos. 51 y 52
Saint Germain - Maestro Ascedido
«Este es otro aspecto de la automaestría, amados. Los seres humanos cambian todos los días. El yo externo tiene estados de ánimo, sus altibajos: a veces felices, a veces tristes, a veces en esta y a veces en aquella dirección. Y un día y otro día y esa misma persona será positiva y estará lista para unirse al equipo e ir a trabajar y lograr tal y cual porque ahora tiene la visión.

«Es bueno, entonces, recordar las palabras: ‘¿Qué a ti? Sígueme tú’. Es bueno ignorar (que no sea notorio que estáis ignorando) al yo externo que viene y va, para contar con el Cristo interno y para continuar reafirmando una y otra vez a ese Cristo, a pesar de todas las demás expresiones contrarias por parte de esta o aquella persona.

«Veréis la resistencia de reforzar continuamente lo correcto, lo bueno, lo verdadero, lo hermoso y dejar pasar las duras críticas que hace mucho tiempo os habrían hecho sentir desafiados, haciéndoos sentir que debéis defender vuestro buen nombre, al tener una buena pelea con alguien para demostrar quién tiene la razón y todos esos pormenores.

«Benditos, el chisme viaja aquí, el chisme viaja allí. La gente habla sobre este y aquel y quién hace qué. Pero todo se reduce a esto: cuando estáis con una persona que tiene interés en el Sendero, que conoce las enseñanzas, en otras palabras, alguien que puede ser un discípulo o parecido a un discípulo en el Sendero, simplemente refuerza continuamente el bien en esa persona. ¡Dejad pasar, dejad pasar todos los aspectos negativos! Ni siquiera les deis la hora del día. No los abordéis, excepto para consolar, elevar y mostrar a la persona que hay un sol brillante en el horizonte y un arco iris después de la lluvia.

«Continuad siendo positivos con las personas, amados. Y descubriréis que poco después no tendréis enemigos; porque simplemente no habréis reconocido que son enemigos. Y continuamente afirmaréis la rectitud, la verdad y la realidad que Dios ha colocado en todos y cada uno.

«Esto es magnanimidad de corazón». Ser magnánimo, para mí, es dejar de lado e ignorar y guardar cualquier aparente falla de otro. Sed magnánimos. Proveed el apoyo, el amor y dad reconocimiento. Dad reconocimiento a la Presencia YO SOY y al Santo Ser Crístico de esa persona. Reconoced el bien y los logros del alma. Susurra una oración para equilibrar la llama trina de esa persona y la vuestra.

«Y, sobre todo, no perdáis el tiempo al repetir historias sobre esto y aquello. ‘¿Qué a ti? Sígueme tú.’ Yo soy Saint Germain. Estas son las palabras de Jesucristo. Son las palabras de mi Hijo. Son vuestras palabras. Seguid, entonces, y continuad. Bendecid la vida. No critiquéis mentalmente a los demás. Es la gran enfermedad del planeta Tierra. De hecho, es la razón por la que muchas personas han reencarnado aquí tantas veces. Es esa crítica que continúa y continúa en chismes maliciosos. Os digo, no participéis. Y recordad, es la ley del Retiro de Darjeeling de vuestro El Morya».

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