Seres Espirituales – Los Maestros Ascendidos, Elementales y Ángeles

la llama trinaEl reino de los maestros ascendidos es el orden de los seres Crísticos, la evolución que denominamos la de los hijos e hijas de Dios. La humanidad pertenece a este orden y su destino es convertirse en el Cristo. Este orden incluye a seres recién ascendidos así como a antiguos maestros que han manifestado la consciencia Crística. Además del orden de maestros y hombres, hay otros dos reinos de seres espirituales: el reino angélico y el reino de los seres elementales.

Cuando Dios creó al hombre y le ordenó que fuera fructífero sirviendo, que multiplicara sus gracias y que se adueñara de la tierra, le proporcionó ayudantes para la importante tarea de expandir Su reino. Subalternos angélicos y siervos elementales de tierra, aire, fuego y agua formaron la comitiva cósmica que acompañó al hombre cuando descendió a la tierra, «arrastrando nubes de gloria», y prometiendo: «¡He aquí, ¡YO SOY quien vengo, Oh Dios, para hacer tu voluntad!».

Durante tres eras doradas de oro en la Tierra, el hombre ha hablado libremente con su Dios y se ha asociado íntimamente con ángeles y elementales. La comunión con toda la vida no tenía límites y la cooperación entre ángeles, elementales y hombres estaba intacta. El hombre recibió la tarea de administrar la creación y trabajar con Dios para planear, diseñar, inventar y dirigir las actividades en la Tierra.

Los elementales, los constructores de la forma, recibieron la importante tarea de traer a la manifestación las intenciones de Dios y el hombre. Y los ángeles recibieron la santa ordenación de servir las necesidades tanto de hombres como de elementales.

Los tres órdenes de la jerarquía celestial manifiestan la llama trina, los tres atributos primarios de Dios: poder, sabiduría y amor. Los hijos e hijas de Dios tienen el propósito de exteriorizar la inteligencia de la mente Crística, concentrando el ingenio de Dios en la invención y la creatividad. Fueron creados para convertirse en cocreadores con Dios. Representan el penacho amarillo de la jerarquía.

El penacho rosa de la llama trina de la jerarquía es el orden de las huestes angélicas. Su servicio es el de amplificar los sentimientos y las virtudes de Dios. Traen consigo las cualidades de la esperanza, el amor, la misericordia, la compasión, la caridad, la constancia y todas las virtudes que nos hacen falta para tener éxito en la vida. Los ángeles nos ayudan a amplificar estos sentimientos y con frecuencia lo hacen mediante una música celestial, llamada en los niveles internos la música de las esferas.

Los arcángeles son los seres más elevados del reino angélico, que incluye hasta el ángel más diminuto. De este reino forman parte los querubines, los serafines y toda clase de órdenes de ángeles bajo sus líderes. Cada maestro ascendido posee su propia legión de ángeles que presta servicio con él para amplificar la llama que el maestro cuida.

El tercer orden, o reino, representa el penacho azul de la llama trina. Se trata del orden de los Elohim, o reino elemental. Los Elohim son los seres más elevados en este orden. Los Elohim son los constructores de la forma, los Siete Espíritus de Dios que respondieron cuando Dios emitió el fíat «hágase la luz; y hubo luz». Cuando Dios dirigió la formación del cosmos en el plano físico, los Elohim fueron quienes produjeron la creación. Bajo los Elohim están los directores de los elementos quienes, a su vez, están a cargo de los gnomos, los silfos, las ondinas y las salamandras, los seres elementales que se encargan de los cuatro elementos del reino de la naturaleza.


De Los Maestros y sus Retiros, por Mark y Elizabeth Clare Prophet

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