Santa Teresita del Niño Jesús
La Pequeña Flor de Jesús
Santa Teresita de Lisieux, fue una monja carmelita francesa del siglo diecinueve, conocida como la Pequeña Flor de Jesús. Desde su infancia, quería convertirse en una santa y ser perfeccionada en Dios. Su deseo profundo de ser fiel a la voluntad de Dios, a su sabiduría y a su amor, llevó a Teresita a vivir una vida de sacrificio propio e inmolación y a usar la fuerza del amor de su corazón para atraer a almas a la luz de Jesucristo.
Ella ascendió al final de su corta vida.
Teresa fue canonizada el 17 de mayo de 1925, menos de 28 días, después de su muerte. Se le han atribuido muchos milagros. En 1927 se le nombró patrona de las misiones extranjeras y de todas las obras de Rusia.
Su día de fiesta es el 1 de octubre.
Teresa no nació santa
Algunas veces nos gusta pensar que los santos han “nacido santos”. La vida de Teresa nos muestra que esto no es así.
A Teresa se le recuerda como alguien dulce, amorosa y obediente. Sin embargo, esto no le nacía naturalmente. De hecho, cuando Teresa era niña, la Sra. Martin describió a su hija como alguien: “inconquistablemente terca”.
Teresa aprendió como cambiar su testarudez por una voluntad de hierro. Describió como obtuvo una “gran victoria” sobre “cierta batalla”.
Ella escribió:
“Existe en la comunidad, una hermana que tiene la habilidad de desagradarme en todo, en sus modales, sus palabras, su carácter, todo se me hace muy desagradable. Y sin embargo, ella es una religiosa santa que debe complacer mucho a Dios. Deseando no sucumbir a la antipatía natural que sentía, me dije a mi misma, que la caridad no debe consistir en sentimientos sino en obras; y así resolví hacer para esta hermana lo que haría por la persona que amaba más que nadie… no me contenté con simplemente orar mucho por esta hermana que me hacia luchar tanto, pero traté de prestarle todo el servicio posible, y si tenía la tentación de contestarle mal, me contentaba con darle la más amable sonrisa y con cambiar la conversación…. Con frecuencia, cuando tenía que trabajar con esta hermana, salía corriendo como desertora cuando mi lucha se hacía demasiado violenta, ella nunca sospechó los motivos de mi conducta, y siempre estuvo convencida que su carácter era muy agradable para mí”.
La Maestra Ascendida Teresa de Lisieux
La maestra ascendida Teresa de Lisieux nos ha dado una percepción de sus experiencias en el mundo celestial:
“Después de
mi ascensión, me dieron una concesión para usar una porción de mis cielos en la Tierra. Pero, por otra porción, el Padre me asignó a estudiar bajo los tres maestros, El Morya, Koot Hoomi (Kuthumi) y Dwal Kul.
Estos tres reyes magos adeptos del Oriente, que vinieron y cuidaron del nacimiento del Señor Cristo, cuidaron conmigo el pleno florecimiento y nacimiento de ese Cristo en mi ser, que se multiplicaba muchas veces por medio de la presencia de ellos después de mi ascensión.Por lo tanto, por medio de sus corazones aprendí los misterios del Oriente, la profundidad del mensaje del Buda y su unión con nuestro Señor.Hilo tras hilo, ellos me ayudaron a tejer y volver a tejer la plenitud de la prenda de luz que compone el complemento entero de la enseñanza de Dios en esta era.Por lo tanto, amados, tuve la plena oportunidad de recibir esa instrucción que llenó en mi, todos esos misterios sagrados que no habían sido revelados por medio de la Iglesia establecida. Por lo tanto, comprended que mucha de la enseñanza que se os ha dado en este momento, yo la recibí a niveles internos después de mi ascensión”.
El Camino del Discipulado
“Por lo tanto, amados, vengo a deciros que el camino del discipulado, lo podéis ver como a mil escalones sobre un espiral dorado de mil niveles, y que, paso a paso existe un sendero ordenado de disciplina.
Estos maestros que han patrocinado a vuestra mensajera, y a esta actividad, que han apoyado a Jesús para establecer, por medio de los mensajeros, la verdadera Iglesia Universal y Triunfante en la Tierra, han decidido también establecer un ritual ordenado, pues están plenamente conscientes de lo que se requiere para subir uno de estos escalones”.
Arquetipo del Alma
“La figura de la monja abrumada con cáncer en su cuerpo, escondiendo esto de todas las demás y ocupándose en la humilde tarea de restregar las escaleras del enclave, debe verse como algo arquetípico del alma, el cual, cargando su karma, reconoce que debe restregar los desechos en cada paso de consciencia, restregando por medio de la llama violeta, hasta que ese nivel de registro e ideación es transmutado plena y enteramente.
“En este proceso, el alma puede subir solo un escalón. En eras pasadas, a un alma le tomaba tal vez una vida entera subir un solo escalón, pues la única forma de purgar el karma, el registro y el ser, además de su afloramiento en el cuerpo como una enfermedad, se manifestaba por medio de la oración y obras de penitencia”.
Don de la Llama Violeta
“Así, amados, para conocer ¡que grandioso, que grandioso eres, O Dios, mi Padre, mi Madre, que grande es el don de la llama violeta! debéis establecer una perspectiva, un sentido de realismo de que ese don también es un experimento.
Pues es una dispensación por la cual seres ascendidos del séptimo rayo, siendo vuestro amado Saint Germain, por supuesto, uno de ellos, han dado esta oportunidad. Y después de un cierto lapso de ciclos, darán sus reportes ante el Consejo Kármico y los veinticuatro ancianos que rodean el gran trono blanco, entonces ellos determinarán si la gente ha tomado esa llama y la ha usado solamente para liberarse a sí misma de sus incomodidades, o si la ha usado con seriedad para el sendero de la iniciación como un auxiliar, como poderosa asistencia para la entrada del alma”.
Sois los Guardias de la Noche
“Por lo tanto, debéis entender que sois guardias de la noche, manteniendo la vigilia en vuestra hora y en vuestro lugar, así como muchos, antes de vosotros, han mantenido esa vigilia. En esta noche oscura de la era de Kali Yuga,* lleváis antorchas de llama violeta y antorchas de iluminación con la amada Madre Libertad. Por lo tanto, amados, comprended que todas las ordenes santas han tenido sus rituales, sus disciplinas y sus reglas”.
[*Kali Yuga es el término en la filosofía mística Hindú para las últimas y peores cuatro yugas (eras mundiales), caracterizadas por conflictos, discordia y deterioración moral].
Extracto y traducido de The Masters and Their Retreats por Mark y Elizabeth Clare Prophet.
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